En un mundo saturado de imágenes, donde el CGI realista (imágenes generadas por computadora) de Pixar y la fluidez de Disney nos han acostumbrado a una única forma de ver, a veces aparece una obra que nos descoloca, que nos obliga a repensar no solo lo que vemos, sino cómo lo vemos.
Y eso es exactamente lo que logra “Vaysha, la ciega”, el cortometraje de animación que en 2017 le valió una nominación al Oscar al director búlgaro Theodore Ushev.
No estamos hablando de una historia convencional. La protagonista, Vaysha, es una mujer con una singularidad que la condena y la define: tiene un ojo verde que solo ve el pasado y un ojo marrón que solo ve el futuro.
Es una suerte de Oráculo, atrapada en un presente que no puede percibir. Un tiempo roto, escindido, que la atormenta y la empuja a buscar una solución que, en la más sombría de sus opciones, implica extirparse un ojo.
Pero, ¿cuál? La pregunta, como un eco, resuena en un mundo que a menudo se debate entre la nostalgia y la ansiedad por lo que vendrá.
Como dijo Ushev en una entrevista, “Quería personalizar esta ansiedad de estar entre el pasado y el futuro”.
Un universo de linograbado
La génesis de “Vaysha” es tan interesante como el propio cortometraje. La historia se basa en un relato filosófico del escritor y amigo de Ushev, Georgi Gospodínov, un autor que, como su contraparte animada, parece navegar entre el pasado y el futuro.
Gospodínov, galardonado con los premios Booker y Strega, es un maestro de las historias que se entrelazan, de los universos construidos a partir de la memoria colectiva e individual, del tiempo que se quiebra y se recompone en la ficción.
Desde su aclamada “Física de la tristeza“, donde la figura del Minotauro se convierte en un laberinto de recuerdos, hasta su más reciente “Las tempestálidas“, donde está precisamente el relato de Vaysha y donde los pacientes de alzheimer encuentran refugio en décadas pasadas, Gospodínov ha demostrado una obsesión recurrente con el tiempo, la memoria y la fugacidad.
Y Ushev, un artista formado en la Academia Nacional de Bellas Artes de Sofía y con una carrera destacada como cartelista, tradujo esa inquietud a su propio lenguaje.
Utilizando la técnica del linograbado, una variante del grabado en relieve que domina desde los 12 años, animó todo el cortometraje él mismo.
El proceso es alucinante: entre 12.000 y 13.000 dibujos que, gracias a un algoritmo único, Ushev logró completar en un tiempo récord de seis meses.
El alma de los colores
Pero Ushev no animó personajes, sino colores. “No se animan los personajes, se animan los colores”, explica el director.
Cada color fue animado por separado, impreso digitalmente y luego superpuesto por un algoritmo que le da a la película una apariencia distintiva, como si fuera una obra de arte impresa a mano.
Esta técnica convierte cada fotograma en una pieza única, logrando una estética que evoca los cuentos populares europeos clásicos, a la vez que se siente moderna y atemporal.
El resultado es una película que, con su temática oscura, refleja esa ansiedad que muchos sentimos hoy en día, esa sensación de estar atrapados entre la nostalgia por un pasado idealizado y la incertidumbre de un futuro que no podemos controlar.
“Vaysha” no ofrece respuestas. Más bien, presenta un final interactivo que nos invita a reflexionar y a interpretar la historia por nosotros mismos.
En una industria que parece obcecada con una única narrativa visual, “Vaysha, la ciega” es un recordatorio vital de que la animación es un lienzo inmenso y que, más allá del realismo digital, existe un vasto y hermoso mundo de estilos y técnicas que nos pueden ofrecer historias que no solo entretienen, sino que nos invitan a la reflexión.
Es un llamado a expandir nuestra mirada, a no conformarnos con una sola forma de ver el mundo, y a encontrar en las grietas del tiempo roto una nueva perspectiva.
Porque, al final, como dice Gospodínov, “tenemos déficit de futuro, y buscamos refugio en el pasado”. Y tal vez, solo tal vez, en la mirada que no está, encontremos la clave para empezar a ver el presente.
Si te gustó esta historia, el cortometraje te gustará mucho más y aquí podés mirarlo.
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