La ciudad, en su frenesí cotidiano, es un tejido de historias no contadas, de secretos que acechan en la penumbra de sus calles y de verdades que la luz pública rara vez se atreve a iluminar. 

En ese pulso sombrío, la cultura emerge como un faro que nos invita, periódicamente, a descender a las profundidades de lo humano para comprender los contornos de nuestra propia civilización. 

El XII Encuentro Internacional de Literatura y Cine Negro y Policial, conocido con el nombre de “Córdoba Mata“, es un rito necesario que convoca a intelectuales, artistas y público a confrontar colectivamente las sombras. 

Bajo el lema “Civilización y barbarie, entre los siglos XIX y XXI“, el festival se presenta como una investigación profunda y atemporal sobre la esencia de la violencia, la traición y la justicia que persiste en el alma humana.   

El género negro, con su predilección por los márgenes y su mirada incisiva sobre la corrupción moral, se convierte en el lenguaje perfecto para esta exploración. Se trata de un acto de resistencia cultural, un testimonio del poder de la palabra y la imagen para confrontar las oscuridades que la historia y la sociedad intentan velar. 

La propuesta de los organizadores va más allá de la celebración de un género; es una declaración sobre la función de la cultura como herramienta para desentrañar los traumas no resueltos de la historia argentina y sus resonancias en la actualidad, un ejercicio de memoria y denuncia, una búsqueda de la verdad que, en lugar de evadir la agresividad del mundo, la examina con una visión particular y una narrativa que pretende el respeto y el amor esencial que sólo el arte puede propiciar. 

Crónicas de la ciudad oscura

El encuentro comienza con un acto de conversación deliberado. El martes 23 de septiembre, el CISPREN (Obispo Trejo 365) se convierte en el epicentro de la presentación de la novela “Aprieta, pero no ahorca”, de Irene Haimovichi

Haimovichi estará acompañada por Mariana Mandakovic y Matías Dreizik, en un diálogo moderado por Javier Chiabrando.

La elección de este libro para inaugurar el festival es un claro gesto de apertura que busca conectar con nuevas voces y establecer un tono de intimidad intelectual. Es un recordatorio de que cada gran narrativa, antes de ser un fenómeno, comienza en el acto íntimo de un autor que decide poner su pulso sobre la página.  

La jornada inaugural culmina en el Cineclub Municipal Hugo del Carril, un espacio icónico para el cine de la ciudad. Allí, se proyectará la película española El crack cero, de José Luis Garci, con la presentación de Alejandro Cozza

El crack cero es una película del año 2019, dirigida por José Luis Garci y protagonizada por Carlos Santos.

La inclusión de un clásico moderno del cine español junto a la novela recién presentada subraya la visión de los organizadores: el género negro es una dualidad de literatura y cine, dos pilares co-dependientes que se retroalimentan y se enriquecen mutuamente. 

La experiencia cinematográfica compartida en una sala oscura actúa como un ritual colectivo de inmersión, que complementa y da forma a la experiencia solitaria de la lectura.   

Las huellas del pasado y la tinta del presente

El miércoles 24 de septiembre, el encuentro se traslada al Istituto Italiano di Cultura. La jornada rinde homenaje a Andrea Camilleri a 100 años de su nacimiento, una celebración que demuestra la naturaleza internacional del festival y la capacidad de sus temas para trascender fronteras geográficas y culturales. 

La obra de Camilleri, con su entrañable detective Montalbano, se ha convertido en un puente entre el género y la exploración de la idiosincrasia de un pueblo. Los panelistas Gabriel Wainstein, Daniel Teobaldi y Pablo Aguiar Cau, moderados por Lucio Yudicello, explorarán este legado, evidenciando cómo una tradición europea puede ser adoptada y celebrada al otro lado del Atlántico.   

En el marco de “Córdoba mata” se realizará un homenaje a Andrea Camilleri a 100 años de su nacimiento.

El punto álgido de la jornada llega con el panel “Periodistas: “Muerte en las alcobas, los rincones oscuros y en las Causas judiciales”, en el que Hernán Vaca Narvaja, Alexis Oliva y Sergio Carreras dialogarán con la moderación de Irene Haimovichi. 

Esta sesión es una declaración de principios. Los organizadores del encuentro reconocen en el periodismo de investigación el verdadero corazón del género negro. Los periodistas, en este sentido, no son meros cronistas, sino equivalentes reales de los detectives de ficción; son quienes se adentran en las cloacas del poder, en las tramas ocultas de la sociedad para desentrañar verdades que se resisten a ser reveladas. 

La existencia de un panel dedicado a esta labor subraya una conexión esencial: las herramientas narrativas del género -el seguimiento de pistas, la entrevista a testigos, el desvelamiento de la corrupción- no son simplemente dispositivos literarios, sino instrumentos vitales para la crítica social y la comprensión de un mundo que, a menudo, se parece a la más oscura de las novelas.   

La historia como crimen perfecto

El jueves 25 de septiembre, el festival alcanza un clímax dramático en la Biblioteca Nacional Juan Filloy / Biblioteca Córdoba

La primera mesa, “Siglo XIX: Las montoneras federales contra los unitarios de Buenos Aires. Traiciones, muertes, masacres, genocidios“, es más que una lección de historia; es un ejercicio de arqueología del crimen. 

Historiadores y escritores como Carlos Ruiz, Martín Piqué y Víctor Robledo desentierran a figuras como Facundo Quiroga, Chacho Peñaloza y Felipe Varela, presentándolas no sólo como personajes de gestas épicas, sino como protagonistas de los crímenes fundacionales de la nación.  

La conexión temática del festival se profundiza con el panel “Siglos XX y XXI: Las luchas de los pueblos armenio, palestino y saharaui“, con Mariano Saravia y Fernando López

El festival proporciona un marco para comprender que el dolor, la injusticia y el sometimiento de los pueblos oprimidos tienen una genealogía común, un hilo de sangre y sufrimiento que conecta las montoneras de Peñaloza con las luchas contemporáneas por la autodeterminación. 

La conversación sobre “La crueldad como estilo de convivencia. Sometimiento y Neofascismo“, con Jacqueline Vassallo, Moisés Dib y Guillermo Orsi, cierra el círculo, trayendo estos temas perennes al centro de la discusión sobre la actualidad política y social, reconociendo el papel del género negro como un vocabulario para hablar de esta constante oscuridad.

La jornada se completa con el reconocimiento a El Dulce Veneno de la Novela Negra, un programa radial que durante 10 años ha mantenido viva la llama de la difusión del género, un gesto de resistencia cultural y de celebración de la perseverancia.   

El futuro en la palabra

El viernes 26 de septiembre, el festival se vuelve sobre sí mismo, examinando el ecosistema en el que existe. El panel “La crisis en la industria editorial parece una novela negra” reúne a autores de Argentina, Estados Unidos y Chile, como Javier Chiabrando, David Knutson, Marcelo González y Liliana Escliar, para desentrañar un misterio que afecta a la palabra impresa en todo el mundo. 

Se trata de un panel que aborda los desafíos del oficio: cómo publicar, cómo llegar a los lectores, y cómo sobrevivir en un mercado que a menudo parece hostil.

Sin embargo, el festival, lejos de sucumbir a la crisis, responde con un acto de esperanza. La siguiente mesa, “Curiosidades literarias argentinas de género negro“, celebra las singularidades y las raíces locales del género, con Andrea Bocco, Ariadna Tabera, Carlos Müller y Ezequiel Rogna explorando las particularidades del crimen y la justicia en la literatura nacional. 

La jornada culmina con la presentación de la antología de la Biblioteca Nacional, Asociación ilícita, con Fernando López, Juan Sasturain y Matías Rodeiro, un gesto que subraya la colaboración y la comunidad como fuerzas vitales.   

El momento culminante llega con la revelación del ganador del Concurso de Novela Negra “Córdoba Mata 2025”. 

Este acto final es un poderoso contrapunto a la discusión sobre la crisis editorial, puesto que el festival actúa coronando una nueva voz, un nuevo talento que emerge de las sombras para continuar la tradición. 

Los jurados Daniel Teobaldi, Gastón Tremsal y Mirian Pino tienen la tarea de decidir el futuro de una nueva narrativa, un futuro que se construye desde la misma raíz del género.

Es una promesa de renovación, de que, a pesar de las sombras, la palabra siempre encontrará un camino para contar su historia.   

Un epílogo entre sierras y vermú

El encuentro de Villa General Belgrano los días 27 y 28 de septiembre marca un cambio de escenario que es también un cambio de estado de ánimo. El festival se aleja de la formalidad de los espacios institucionales de la ciudad para abrazar la intimidad y la naturaleza de las sierras. 

Las discusiones formales de la ciudad dan paso a un ambiente más orgánico y personal, donde las conversaciones se vuelven diálogos y las lecturas, un rito compartido.   

El sábado 27 de septiembre, las actividades en la Casa C (Pasaje Ricardo Stagnaro 40) se centran en las “Escrituras mediterráneas” y en los “True Crime Films“, con guionistas de cine negro como Gastón Tremsal y Francisco Varone

Esta conversación desdibuja la frontera entre la ficción y la realidad, explorando la fascinación por las historias de crímenes reales y cómo estas se transforman en narrativas cinematográficas. La noche culmina con la proyección en la Casa del Bicentenario de Algo incorrecto, de Susana Nieri, un film que lleva al espectador a confrontar verdades incómodas a través del lente de la ficción.   

Basada en hechos reales, la película narra la historia de una mujer que decide denunciar a un juez por abuso sexual infantil.

El epílogo del festival es un final deliberadamente simple y poético. El domingo 28 de septiembre, la jornada se cierra con un “Vermú y lecturas” en la Casa C, con la participación de David Knutson, Juan Sasturain, María Martínez Domínguez y Fernando López, entre otros. 

Es un cierre que encapsula la esencia del festival: que la verdad, por más oscura que sea, siempre puede ser contada, y que el arte de narrar, en su sencillez, es la forma más poderosa de resistencia contra el olvido.

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