
Le llaman el ‘Banksy del Vaticano‘, pero su firma, Maupal, no esconde ningún misterioso personaje.
Se trata del artista urbano Mauro Pallotta, vecino del barrio del Borgo Pío, donde el jueves pasado, tras la muerte del Papa Francisco, ha aparecido en la calle principal, un mural en homenaje al Papa Francisco, de quien se ha confesado admirador.
La primera ópera callejera, “El Súper Papa“, alcanzó rápidamente un éxito rotundo en todo el mundo, como una representación contemporánea e impenitente del Papa Francisco, símbolo de una posible modernización de la Iglesia Católica.

Según el mismo Maupal declaró, empezó a dibujar a Francisco porque su rostro le recordaba a su abuelo. Luego, la empatía y la cercanía del sumo pontífice con las minorías hizo el resto y terminó por conquistarlo.
Pero la admiración era mutua ya que el pontífice se enamoró de las obras de Mauro y le pidió a la Santa Sede que comisionara siete de sus obras para acompañar el mensaje de la Cuaresma de 2024.
Según puede leerse en la página web del artista: “la proximidad a la política y al Vaticano, y con ello el estímulo intelectual de una ciudad multicultural como Roma, han enriquecido su sensibilidad con una fuerte y natural propensión a usar la ironía y la sátira política como vehículos de expresión artística, convirtiendo sus obras en portadoras de mensajes de marcada relevancia social y humanitaria”.

Esta nueva obra de Maupal, el muralista que también realiza diseños en Polonia y Portugal con temáticas fuertemente sociales, es la culminación de una serie de gráficos, pinturas y murales que ha ido realizando en los últimos años.
Esta vez, además, rinde homenaje a San Lorenzo, el club de fútbol del que el Papa Francisco siempre se ha confesado fanático.

Lamentablemente, como le ocurre al más conocido de los pintores urbanos, la obra de Maupal también es efímera y nos es infrecuente comprobar cómo desde despachos municipales se ordena borrar estos murales, que son callejeros, pero de gran calidad.


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