
Se llama “Reconciliación” y, aunque los Reyes europeos no escriben sus memorias, este es el libro que se acaba de publicar en Francia del rey emérito de España, Juan Carlos I.
La edición ya está en todas las librerías francesas y también corre de mano en mano en las redacciones de los medios de comunicación españoles, porque, contra todo pronóstico, estas memorias de quien durante casi cuarenta años ocupó el trono de España, no llegarán traducidas hasta el próximo 3 de diciembre.
Si bien esta es una novedad editorial, no es la primera vez que el rey acude al libro para hacer públicas sus opiniones.
En 1992 publicó sus vivencias personales e históricas en un diálogo con el miembro de la nobleza José Luis de Vilallonga, lo que provocó en aquellos momentos un gran revuelo y también la oposición de quien fuera jefe de la Casa de Su Majestad, Sabino Fernández Campo.
Este hombre fiel nunca estuvo de acuerdo con aquellas conversaciones y su opinión coincidía con la del conde de Barcelona, padre de Juan Carlos, quien le transmitió por entonces que “un rey no debe escribir su propia vida; son los historiadores quienes tienen que hacerlo”.
Estas memorias causaron una enorme polémica, pero la tormenta pasó deprisa y ahí quedaron.
El libro, la autora y la venganza
El monarca emérito, quien en 2014 tuvo que abdicar el trono en favor de su hijo Felipe en medio de acusaciones en su contra por malversación de fondos públicos y escándalos en su vida privada, se ha tomado su tiempo en este libro para atacar sin compasión contra su hijo, el rey Felipe VI y su esposa, la reina Letizia, al mismo tiempo que recuerda cómo él fue designado por el dictador Franco, que lo eligió por encima de su padre, y se autodefine como pieza fundamental en el retorno de la democracia en 1975.
Y es que ahora el rey emérito necesita y quiere limpiar su imagen, explicar su autoexilio en Abu Dabi, todos sus errores y, en definitiva, reescribir su vida.

Para esta empresa no ha encontrado mejor aliada que Laurence Debray, una escritora francesa, hija del intelectual y filósofo francés Régis Debray y la antropóloga venezolana Elizabeth Burgos.
Debray pasó su infancia en la Cuba de Fidel y desde hace un tiempo vive en el centro de Madrid, por lo que domina el idioma español a la perfección.
Declarada admiradora de la monarquía española y del legado del rey Juan Carlos I, la francesa debutó en las librerías hace ya 25 años con un volumen titulado ‘La forja de un Rey, Juan Carlos I, de sucesor de Franco a Rey de España’.
Más tarde, en 2013, publicó una novela titulada ‘Juan Carlos de España’ y en 2022 editó otra fábula titulada ‘Mi rey caído’.
La escritora también ha entablado una estrecha relación de amistad con las hijas mayores del monarca, la Infanta Elena y la Infanta Cristina.
Junto a la mayor se dejó ver en una actitud muy cómplice en octubre de 2024 en Sanxenxo, lugar al que la escritora acudió para embarcarse a bordo del Bribón y participar en las regatas.
Esta relación con el rey emérito ha dado lugar a rumores sobre un noviazgo imposible, pero en las redes sociales todo se puede convertir en algo verosímil.



La polémica solo ha dado sus primeros pasos
La edición de este libro en Francia ha generado una gran controversia que pasó rápidamente los Pirineos y atraviesa toda la península.
Hay opiniones feroces y podemos poner varios ejemplos, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun ha tildado de “vomitivo” que el rey emérito “se atreva a defender o justificar” al dictador Francisco Franco en su libro, en el que repasa su vida desde su nacimiento en el exilio en Roma, en 1938.
Otros hablan de la falta de respeto a su propia familia y, por tanto, a la máxima institución del Estado, de su interés económico y, también, de ser poco fiel a la verdad.
El expresidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero ha destacado la importancia de aprender del pasado: “Me parece que es muy importante en la vida trabajar para que los que te suceden lo hagan mejor, tengan mejores condiciones. Desearía que el emérito pensara que su hijo es mejor que él. De Franco me contó varias anécdotas y por tanto, se lo agradezco. Era sincero, siempre decía: ‘A mí me puso Franco’. Podría haber matizado un poquito en el libro”.
También hay opiniones a favor de este texto de 500 páginas en las que el emérito no solo intenta limpiar su imagen, también esa relación “filial” con Francisco Franco.
Habla de su exilio en Abu Dabi y de su dolor por desaparecer de la vida pública de la monarquía española como si fuera una paria. Y también de su esposa, Sofía de la que se declara enamorado. “Nada cambiará mis sentimientos profundos hacia mi mujer, Sofi, mi reina, ni siquiera algunos deslices”, confiesa. “Los medios me han adjudicado una decena de relaciones extraconyugales. La mayoría, completamente ficticias”, afirma, recordando que le han atribuido una relación con Lady Di, falsa.
Algunos medios de comunicación apoyan la decisión de hacer públicas sus opiniones y defienden su derecho a presentar ante los ciudadanos su propia versión.
El Borbón asegura que “tengo la sensación de que me roban mi historia” y esta es la justificación que da el rey emérito en el prólogo de “Juan Carlos I de España: Reconciliación” para transgredir una regla de oro: Los Reyes no escriben sus memorias, pero hay una excepción.




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