La tienda de los deseos está en la Calle de la Escalinata, a unos pasos del Teatro de la Ópera de Madrid, en el corazón de la ciudad vieja.
En su fachada están expuestos miles de deseos escritos en tantos idiomas que Daniela Camino, su propietaria, cree que no debe haber país en el mundo sin representación.
En sólo dos años han sido más de 50.000 papelitos escritos con los deseos de madrileños y turistas, muchos de ellos ya están guardados en el baúl rojo de los “Deseos cumplidos“: un éxito inesperado, que podría terminar en un libro.
Nos cuenta Daniela que “la verdad es que la gente necesita y disfruta mucho de conectar con ella misma y volver al papel. La idea surgió así, para que dejen de escribir en el celular y escriban algo bonito en un papel, un deseo. Porque el deseo es universal. Cuando tuve la idea de abrir un espacio para la literatura buscaba algo especial, antiguo, auténtico y recorriendo me encontré con este local, entré y me dije, es éste. Tiene magia, de verdad que tiene magia. Tiene como 150 años y por debajo pasan las murallas árabe y cristiana; es el corazón del viejo Madrid. Todo el mundo cuando entra me dice que hay una energía especial. Yo creo que se suman tantos deseos juntos y el lugar en sí”.

La tienda de los deseos es el trabajo de Daniela y la respuesta a cómo se puede también vivir de los deseos de los otros. Ella sonríe y responde con su historia de vida, “nací en La Plata y llegué a España hace ya muchos años, trabajaba como creativa en una agencia de publicidad en Argentina y me ofrecieron venir aquí. Así pasé 25 años, trabajando como directora creativa de publicidad hasta que tuve un momento de crisis existencial cuando murieron mis padres; fue en pandemia. Mi cabeza hizo un clic y pensé: la vida pasa rápido, hagamos lo que nos gusta, algo que nos llene de verdad. Entonces me dije, voy a hacer mi propio mundo creativo. Y aquí estoy. Ahora vienen por los deseos, pero el concepto de este lugar es volver al origen. Dejar tu deseo es gratis y está bien, tengo mi pequeña tienda con todas estas cosas artesanales creadas por nosotros, todo hecho a mano. Pero yo escribo los libros de la vida; para hacerlo corto digo que son ‘libros personalizados’, pero en realidad son libros escritos especialmente para cada persona, contando su vida. Esto es, hacer un libro artesanal, con papel cosido, como se hacía antes”.
Muchos de estos libros personalizados cuentan historias duras y otras que no lo son tanto; se hace un único ejemplar que se le entrega a la persona, aunque Daniela conserva una copia en digital por si la familia quiere otro.
“Yo creo que hay un antes y un después en mi vida. Hice un libro de una mamá que estaba en estadio 4 de cáncer, se estaba muriendo realmente y quería dejar a sus hijas pequeñas su vida contada, cómo era ella, consejos para el futuro, porque no iba a estar en sus vidas. Luego me dijo que era el regalo más valioso que iban a tener sus hijas de ella”.



– ¿Y los deseos dónde se guardan?
– En estos dos años y medio nunca jamás tiré uno. Tenemos montañas de deseos porque los guardo todos. Yo les digo ‘la montaña mágica’ y ya hay más de 50.000. La gente dice que tienen 50.000 seguidores y yo les respondo que nosotros tenemos 50.000 deseadores, que me parece más mágico. De esos miles, yo misma he puesto varios y algunos se han cumplido. Porque eso también es importante, la gente viene y me cuenta que se cumplen. Entonces buscamos su papelito y lo guardamos en el baúl de los deseos cumplidos. Es muy emocionante.
– Y tu deseo, ¿cuál es?
– En este momento, además de que mi hija sea muy feliz y otras cosas muy personales, lo que deseo -porque además la gente me lo pide- es publicar el libro de los deseos. Ya lo tengo hecho con los que me han llegado más adentro, que son muchos. Lo tengo terminado y sin editar, y ya le tengo puesto el nombre: El libro más deseado del mundo, porque hay deseos de todos los países del mundo, en todos los idiomas y las historias que hay detrás de todos ellos.



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